Que trae no solo frío entre sus gotas
Que cae tan temible
Que surge de una nada siempre presente
Lluvia tan fuerte, intrusa-entrometida
Tan dueña de un espacio simplemente suyo
Tan viva como el llanto de un niño
Con silencio hecho voz
Con pasos llenos de movimiento
Con gotas puras
Lluvia que se precipita imponente
Y no siendo un susurro sino una voz que calla
Y ardiente con fuerza de metrallas
En un lugar perdido
En un lugar muy concurrido
En un lugar siempre vivido
Lluvia que no se agota
Lluvia que se vuelve arco iris
Lluvia llena de luz
Por canales, calles y parques
Por cerros, colinas, y árboles
Por vidas, recuerdos y miradas
Gotas de lluvia que muchas veces
reemplazan lágrimas
Que vuelven la jornada nostálgica
Obligando a la cobija a ser usada
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